miércoles, 12 de diciembre de 2007

Tarde


Carga sobre mi espalda

lo que aboliste de mi pecho

F.Urondo



Había llegado a tantas cosas tarde en mi vida

que me parecía un milagro

que vos te hayas fijado en mí y yo en ti

que los dos hayamos elegido el mismo momento para amarnos

y que hayamos aprendido a amarnos

sentía que por fin el tiempo estaba de mi lado



¿Y acaso el amor no es un milagro?

¿Acaso alguien pudo explicar por qué es una persona y no otra?



Recuerdo una tarde que fumábamos marihuana desnudos,

y que mientras escuchábamos Caetano y vos me leías Ferdydurke,

sentí la efímera e indescriptible sensación de ser feliz

no creo ni que te hayas dado cuenta lo que estaba pasando

pero fue uno de los grandes momentos de mi vida

esos que salen indemnes a los embates del olvido


¿Alguna vez te habré hecho sentir lo mismo?

¿Habrás sido feliz alguna vez?



Con al tiempo aparecieron roces, reproches y mundos por cambiar

ya no te sentías orgullosa a mi lado y me dejaste

con esa simpleza, frialdad y sentido práctico

que caracteriza a las mujeres cuando dejan a un hombre

y pese a que intenté, mendigué y me humillé

tus últimas palabras fueron Ya es tarde



¿No hay algo de macabra inimputabilidad en el amor?

¿Cómo hago para convencer a mi corazón que no eras vos?



Tengo el deseo de volver a verte alguna vez

y la certeza de que no va a pasar,

de que voy a llegar tarde.

1 comentario:

Unknown dijo...

No tengo palabras para describir por medio de este medio (valga la redundancia) lo maravillosos que son tus escritos.
Sos una de las personas que conozco que más poder sentimental tiene, y yo ya lo he comprobado en mi momento. Pasa que este medio es muy frío, para que quede en parte de lo que escribo lo que despertó en mí lo que vos escribiste.
Pero también creo que de escritora a escritor nos complementamos y nos entendemos también.
Siempre te lo digo, nunca dejes de escribir, porque ahí radica uno de los más preciados tesoros que vos poseés. Alexandra