El poeta de la semana: Allen Ginsberg

"He visto los mejores cerebros de mi generación
destruidos por la locura, fámelicos, histéricos, desnudos"

Voy a presentar cada tanto personas que admiro (que en su gran mayoría serán escritores, ya que son los que más conozco). No va a ser una biografía, para eso está Wikipedia, ni tampoco un estudio sobre la persona o su obra, sino algo más íntimo, como qué me pareció a mí tal obra, o tal autor, o como llegué a tal autor, o anécdotas o, simplemente, porque quiero que la gente los conozca. Bueno, basta de explicaciones superfluas. Hoy me gustaría hablar de Allen Ginsberg.
Qué más decir de él que ya no se haya dicho, sobre cualquier otra cosa fue un gran poeta, heredero directo de Whitman y Pound, pero también fue vagabundo, anti-sistema, beat, drogadicto, pacifista, homosexual, judío errante, outsider, genio.
Siempre admiré a las personas que, no soló ponían palabras para defender una causa, sino que también ponían el cuerpo...como dicen los Evangelios..."si no has arriegado la vida, has de cuenta que no has arriesgado nada", y Ginsberg lo hizo; se declaró homosexual hace más de cincuenta años en EEUU, cuando tenías que tener pelotas para hacerlo, fue expulsado de la Universidad de Columbia, fue arrestado en infinidad de ocasiones, una de las tantas veces cuando publicó Aullido que fue considerado obceno por el gobierno. No hubo manifestación por los derechos civiles, como la segregacion racial, o por la paz, como cuando se opuso a la guerra de Vietman, que no haya contado con Allen en sus filas.
Fue un crítico ácido de la política estadounidense en el mundo y del American way of life.
Hubo un antes y un después en la poesía nortemaricana, desde que Ginsberg en el Six Gallerie de San Francisco leyera su poema Aullido en 1955, ante un auditorio repleto.
La primera vez que leí Aullido, sentí, como también me pasó con Miller o Celine, que Ginsberg me escupía las palabras en la cara. Nunca se puso mejor nombre a un poema, porque desde la primera estrofa hasta la última, escuchamos un desgarrador aullido de perro romántico, un perro romántico que le quería cantar las cuarenta a el mundo.
Dijo Williams Carlos Williams, otro poeta que influiría mucho en Ginsberg, de Aullido: "Estamos ciegos y vivimos nuestras ciegas vidas en total oscuridad. Los poetas están malditos, pero no están ciegos; ven con los ojos de los ángeles. Este poeta ve con toda lucidez los horrores, en los que participa en los detalles más íntimos de su poema"
A los que nunca leyeron nada de él, les recomiendo leer Aullido o Kaddish, quizá sus obras más conocidas, igual les adelanto algo de como escribe éste poeta maravilloso. Les dejo una joya, uno de los mejores poemas de amor que leí en mi vida, también espero que los tiente a leer más de éste personaje genial que fue Allen Ginsberg.
Fue un héroe del siglo XX, no tengo mayor halago que éste.


Canción


El peso del mundo
es amor
Bajo la carga
de la soledad,
bajo la carga
de la insatisfacción

el peso,
el peso que arrastramos
es amor.

¿Quién puede negarlo?
En sueños
toca
el cuerpo,
en el pensamiento
construye
un milagro,
en la imaginación
angustias
hasta que nace
en el ser humano —

Observa desde el corazón
ardiente de pureza —
porque la carga de la vida
es amor,

pero acarreamos el peso
fatigosamente,
y hemos por lo tanto de descansar
en brazos del amor
finalmente
hemos de descansar en brazos
del amor.

No hay reposo
sin amor,
ningún sueño
sin sueños
de amor —
ya sean locos o helados
obsesionados de ángeles
o máquinas,
el deseo final
es amor
— puede no ser amargo,
puede no negar,
puede no retener
de ser negado:

el peso es demasiado grande

— ha de dar
a cambio de nada
como es entregado
el pensamiento
en la soledad
en toda la excelencia
de su exceso.
Los cálidos cuerpos
resplandecen juntos
en la oscuridad,
la mano se mueve
hasta el centro
de la carne,
la piel se estremece
de alegría
y el alma acude
gozosa a los ojos —

Sí, sí,
eso es lo que
yo deseaba
lo que siempre deseé,
siempre deseé
regresar
al cuerpo
donde nací.